VOLVER A LA OFICINA TRADICIONAL, DESPUÉS DEL TELETRABAJO DURANTE EL CORONAVIRUS
Artículo original: PuroMarketing
Solo un 1% cree que la oficina de siempre debe convertirse en un elemento obligatorio
Uno de los grandes cambios que ha traído la crisis del coronavirus ha sido el boom del teletrabajo. Antes del estallido de la pandemia, la cantidad de empresas que permitían a sus trabajadores desarrollar sus funciones desde sus hogares era muy bajo y lo hacían en cantidades limitadas y situaciones muy específicas.
Las órdenes de confinamiento enviaron a las plantillas a sus hogares y fue un ‘teletrabajar o cerrar actividad’. Las compañías no tuvieron más remedio que autorizar el teletrabajo, descubrieron que sus miedos no estaban fundados y lograron mantener la actividad.
Para los trabajadores, fue una manera de descubrir qué ocurría al trabajar en remoto y, para bastantes, de asumir sus beneficios.
De hecho, los análisis y las previsiones apuntan a que este podría ser uno de los grandes cambios que traerá el mundo postcoronavirus. Las oficinas tradicionales y hasta esas oficinas cool que generaban identidad de marca podrían estar llamadas a desaparecer.
Algunas de las pautas de trabajo que se desarrollaron estos días podrían asentarse también para siempre: por ejemplo, con los anuncios de la tele, las marcas podrían impulsar este trabajo en remoto y esa bajada de uso de recursos porque han descubierto que les ahorra muchísimos costes.
Las personas están felices con el teletrabajo
El teletrabajo se asentará también en aquellos terrenos más creativos, como puede ser el marketing y la publicidad, porque sus trabajadores han descubierto sus beneficios y, sobre todo, cómo les permite acabar con algunos de los problemas que lastran su día a día en la oficina tradicional.
Un estudio estadounidense acaba de concluir que solo el 1% de los empleados quiere, en el mundo post covid-19, volver a la oficina de siempre.
Frente a ese porcentaje, un 69% cree ahora que deben tener la capacidad para poder trabajar en remoto.
De hecho, la situación es incluso más compleja y esta preferencia por otro modelo puede tener raíces más profundas. Según los datos del estudio, el 61% de los profesionales que trabajan de forma tradicional (es decir, contratados por la empresa y teniendo que trabajar en una oficina y en un horario a tiempo completo) preferirían que su situación laboral cambiase.
Un 59% de los freelance se siente contento con su sueldo y un 82% motivado y conectado con su trabajo, frente al 49 y el 66% respectivamente de los trabajadores tradicionales.
Más tiempo para preocuparse por ellos
El teletrabajo permite además mayor flexibilidad, y por tanto mayor capacidad de conciliar, por ejemplo, sino también no limitar la contratación a ciertos lugares concretos, lo que haría las plantillas más diversas y más completas.
Los departamentos de recursos humanos tendrían una mayor amplitud de talento potencial en la que hacer sus contrataciones. Los que ahora están trabajando desde casa, han hecho más cosas positivas para su día a día en estos días de teletrabajo. Un 36% de los empleados reconoce que ha hecho más autocuidados, un 39% que está durmiendo más, un 31% que han reducido el estrés laboral y un 30% que está haciendo más ejercicio.
Todo esto a pesar de que la mayoría de las empresas no estaban preparadas para el teletrabajo. Solo el 28% de las personas asegura que su compañía estaba lista para asumir el salto al teletrabajo.